Anoche, estando solo y ya medio dormido,
mis sueños de otras épocas se me han aparecido.
Los sueños de esperanzas, de glorias, de alegrías
y de felicidad que nunca han sido mías,
se fueron acercando en lentas procesiones
y de la alcoba oscura poblaron los rincones
hubo un silencio grave en todo el aposento
y en el reloj la péndola detúvose al momento.
La fragancia indecisa de un olor olvidado,
llegó como un fantasma y me hablo del pasado.
Vi caras que la tumba desde hace tiempo esconce,
y oí voces oídas ya no recuerdo donde.
Los sueños se acercaron y me vieron dormido,
se fueron alejando, sin hacerme ruido
y sin pisar los hilos sedosos de la alfombre
y fueron deshaciéndose y hundiéndose en la sombra.
JOSÉ ASUNCIÓN SILVA
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