"Antes todo era sencillez, rusticidad, paz. Y de pronto el valle se vio invadido por las máquinas; el medio día fue roto por el grito estridente de las sirenas; los caminos se perdieron bajo toneladas de polvo y anchas vías cruzaron el verdor de los sembrados; los árboles, cercados por el humo, envejecieron y terminaron por perder sus hojas y sus nidos; y el silencio, ese bendito silencio que era como un manto protector tenido sobre el campo, huyó para siempre hacia las montañas..."
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